Difference

Hábitos y estructura de las sesiones 

Introducción a los 3 hábitos y a la estructura de las sesiones 

¿Qué es Difference? 

Al hacer Difference, he visto a muchas personas renovar 

su esperanza por el cambio que quieren ver, tanto en sus relaciones personales 

como en las fracturas más generales de la sociedad. 

Este no es el resultado de tener una lista más larga de tareas pendientes 

y no existe un plan de acción único para todos  

que permitirá que todas las relaciones prosperen y superen todas las divisiones. 

En cambio, Difference explora seguir a Jesús.  

Se trata de lo que creemos y en quién nos estamos convirtiendo.  

El cambio duradero ocurre cuando le permitimos a Dios  

moldearnos y dar forma a los valores que nos rigen. 

Por esta razón,  

Difference tiene que ver con formación.  

Se trata de un proceso, no de un evento. 

Reconocer que necesitamos nuevos patrones para hablar, 

pensar, orar y actuar. 

Veamos los dos elementos que brindan el marco para organizar Difference. 

En primer lugar, lo que aprendemos a través del curso, 

y en segundo lugar, la estructura de las sesiones 

Primero, lo que me gusta considerar como el principal aprendizaje  

de hacer el curso Difference, su aprendizaje clave, 

son tres hábitos formativos. 

Basándonos profundamente en los encuentros de Jesús en los evangelios  

y la sabiduría de pacificadores de gran experiencia, 

hemos destilado tres hábitos que tienen el potencial de transformar las relaciones cotidianas. 

Nuestros hábitos importan.  

El 45% de nuestras acciones diarias son habituales  

y las neurociencias han estimado que hasta el 95% de nuestros comportamientos  

son controlados (al menos en parte) por la mente subconsciente.  

Existe una estrecha relación entre lo que creemos y lo que hacemos. 

A medida que les damos forma a nuestros hábitos,  

podemos construir prácticas que tengan un impacto profundo y duradero en nuestras acciones,  

nuestros pensamientos y, en última instancia, nuestro carácter. 

Echemos un vistazo a cada uno de los tres hábitos ahora. 

Tener curiosidad 

Escuchar las historias de las demás personas y ver el mundo a través de sus ojos. 

En Génesis 1 leemos que todas las personas están hechas  

a imagen de Dios, con valor y una historia única.  

Cuando tenemos la curiosidad suficiente para buscar esa historia,  

afirmamos el valor innato de esa persona.  

Demostrar un verdadero interés en quién es la otra persona.  

y cómo ha experimentado el mundo puede permitir  

empezar a avanzar juntos en un territorio más complicado,  

porque la otra persona sabe que ha sido escuchada y honrada. 

La curiosidad por la otra persona también nos lleva a descubrir  

algunas de las limitaciones de nuestra propia historia y percepción.  

Cultiva la humildad, reconociendo que no tenemos  

todas las respuestas sin restar valor a lo que aportamos.  

La curiosidad nos ayuda a ir más allá de nuestras cámaras de eco, 

alejándonos de las presunciones y haciendo preguntas. 

Estar presente 

Encontrarse con las demás personas con autenticidad y confianza. 

Nuestros encuentros son a menudo los lugares donde notamos por primera vez  

complejidad, división y diferencia.  

Estar presente en los encuentros significa llegar y quedarse  

haciendo tiempo para las demás personas, dedicándoles nuestra atención  

y encontrándonos con ellas como son.  

La fe cristiana enseña que Dios se hizo humano  

y eligió ser parte de un mundo dolido como se ve en Juan 1  

donde dice “el Verbo se hizo carne y caminó entre nosotros”.  

La respuesta de Dios a la injusticia y el dolor.  

es entrar en el contexto de una manera totalmente nueva 

enseñándonos lo que significa estar presente. 

Estar presente se trata de cómo prestar atención, no solo compartir espacio.  

Significa tener el valor de llevar todo nuestro ser, único y completo 

llevando nuestras vulnerabilidades e inseguridades a nuestros encuentros,  

así como nuestras convicciones y nuestras fortalezas. 

Esto puede abrir nuevas profundidades en la relación. 

En tiempos de desacuerdo o división,  

estar presente puede ayudarnos a desmontar los muros divisorios,  

alejándose de la hostilidad hacia la hospitalidad. 

Reimaginar 

Encontrar esperanza y oportunidad en los lugares donde anhelamos ver cambios. 

Nuestros mundos están moldeados por nuestra imaginación. 

Y cuando las divisiones y los conflictos parecen intratables  

y nos enfrentamos a una decepción constante, a veces puede ser difícil encontrar esperanza  

o imaginar una alternativa donde la sanación, la restauración  

y las relaciones prósperas sean posibles. 

Sin embargo, leemos en Apocalipsis 21 que Dios está haciendo nuevas todas las cosas.  

El hábito de reimaginar nos anima a recibir la renovación del Espíritu Santo  

y que Dios amplíe nuestro entendimiento de lo que es posible. 

Rara vez es una experiencia en solitario y, a menudo, se realiza en comunidad.  

Para que se restablezcan las relaciones, 

los sistemas y estructuras que conocemos  

quizá deban cambiar de formas nuevas y reimaginadas.  

Reimaginar nos ayuda a alejarnos de la desesperanza  

hacia la creatividad, el valor y la renovación. 

Estos hábitos no son un plan de 3 puntos en el que un hábito sigue a otro.  

No existe un orden correcto  

para practicarlos y cada hábito se interrelaciona con los demás.  

Cuando aprendemos a reconocer estos hábitos en acción, a menudo notamos  

que se practican simultáneamente. 

Estos hábitos te ayudarán a salir  

de tus cámaras de eco, a derribar los muros divisorios y creer que un nuevo horizonte es posible mientras te atreves a reimaginar.   

La segunda parte del marco es la estructura de cada sesión. 

Cada sesión se divide en las mismas tres partes. 

Empezamos con el relato. Las historias importan.  

Todos estamos invitados a quedar atrapados en la historia de restauración y renovación de Dios.  

Para que se atraviesen divisiones y se transformen relaciones, debemos ser buscadores de historias,  

con curiosidad por la historia que no conocemos y la voz que tal vez no escuchemos. 

Esta sección incluye un video de alguien que ha enfrentado un conflicto/una división  

o una relación difícil y una historia sobre la vida de Jesús tomada del evangelio.  

Ambas historias se relacionan  

con el tema de la sesión, abordándolo desde diferentes ángulos. 

La sección central de cada sesión se llama Espacio. 

Los espacios que creamos pueden tener un fuerte impacto  

en las relaciones que construimos y permitimos que Dios trabaje en nosotros(as).  

En esta sección, las y los participantes se relacionan con sus propias experiencias a través de una actividad,  

la cual puede incluir un ejercicio interactivo o una reflexión guiada.  

Esta sección ayuda a incorporar los hábitos de tener curiosidad,  

estar presente y reimaginar. 

Se recomienda prepararse bien para esta sección de la sesión  

para que tengas claras las instrucciones.  

Echa un vistazo al video de capacitación adicional sobre cómo dirigir  

las actividades interactivas del módulo 3. 

Por último, la sesión finaliza con un momento de Santuario.  

Un tiempo para reflexionar y conocer la presencia de Dios, para orar  

y pedirle a Dios que trabaje mientras piensas qué aplicar  

en tu contexto cotidiano y cuál es tu principal aprendizaje. 

Recordatorio:  

Difference enseña 3 hábitos: 

  • Tener curiosidad: Escuchar las historias de las demás personas y ver el mundo a través de sus ojos. 
  • Estar presente: Encontrarse con las demás personas con autenticidad y confianza. 
  • Reimaginar: Encontrar esperanza y oportunidad en los lugares donde anhelamos ver cambios.  

Artículo: 

El cambio duradero ocurre cuando le permitimos a Dios moldearnos y dar forma a los valores que nos rigen. 

Por eso Difference tiene que ver con formación. Se trata de un proceso, no de un evento, reconociendo que necesitamos nuevos patrones para hablar, pensar, orar y actuar. 

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